Wednesday, June 20, 2007

Arena de playa por la nariz y otras aventuras

Hace ya unos meses escribí un post sobre algo que me había sucedido en el tren de la costa. Aquél en el que uno no deja de ir en paralelo con el mar y en el que algún día, gotas de agua llegan a las ventanas. Mi primo Oscar, marinero y del Maresme de adopción, me dijo que aquél tren y aquél trayecto eran mágicos, y que durante muchos años todo aquello le había traído sorpresas, descubrimientos, escritos, lecturas, canciones... Parece ser que a mí me ha pasado algo parecido. Algo difícil de explicar pero lleno de magia y buenos momentos.
A veces uno está estirado y sin saber como, descubre que la arena de playa puede ser peligrosa. Hay que decir que puede atacar con violencia y entrar salvajemente en el momento menos inesperado, provocando una carcajada (con toda la razón del mundo) de la persona que tienes al lado y a la vez un intento desesperado de intentar defenderse (con poca suerte) del ataque de la arena de playa. Esta aventura acaba cuando yo, de un modo surrealista, consigo deshacerme de los granos de arena y no puedo evitar reírme de la situación vivida.
La verdad es que ese no fue el primer buen momento que me sucedió por la zona. En el primer post de mi blog hablaba de las personas, el amor, el riesgo, las aventuras... Parece como que empiezan a llegar las respuestas a todo eso. Lo fortuito, en el momento menos pensado, en el lugar más inesperado, encuentras aquello que te dijeron que no se buscaba. Aquello que aparecía de repente y que le daba un sentido muy especial a muchas cosas. Aquello por lo que vale la pena arriesgarse, que aparece de la nada y que te hace sentir. En definitiva, aquello que sin riesgo no es aquello, y que te hace vivir aventuras y buenos momentos cuando menos te lo esperas.
Mi primera aventura fue un huracán. Llegó de repente, sin que nadie pensara nada raro, pero poco a poco fue tomando fuerza y nosotros nos quedamos allí, quietos. Parecía que no teníamos miedo de aquello ni de nada. Queríamos vivir ese momento y después poder recordarlo. Y el huracán pasó por encima. Hizo volar cosas, la gente se intentaba refugiar, pero nosotros no, seguíamos allí. No sé, si es que no sabíamos que hacer o es que simplemente queríamos vivir nuestra primera aventura. Cuando pasó, nos miramos, y yo sentí que aquello había sido un buen momento. Algo mágico que me había quedado guardado dentro de mi corazón.
Vivir un primer huracán y descubrir que la arena de playa es peligrosa, son dos de las aventuras que me han sucedido, pero no han sido las únicas. Quizás las otras han sido menos excitantes, menos exóticas, pero no han dejado de ser menos bonitas, menos arriesgadas, y de provocar buenos momentos sin parar. Momentos mágicos de miradas que se cruzan teniendo de fondo el sonido del mar. Buscando el horizonte e intentando encontrar el momento en el que el sol se junta con el mar, y uno le dice al otro: Vente conmigo.
Canción para este post, Better together de Jack Johnson.
There's no combination of words
I could put on the back of a postcard
No song that I could sing
But I can try for your heart,
our dreams, and they are made out of real things
like a shoebox of photographs
with sepia-toned loving
Love is the answer
at least for most of the questions in my heart
Mmmm, It's always better when we're together...
Para una inocente dama soñadora de la voz que la hizo dormir